El espectáculo creado por Slava Polunin reconquistó al público que llenó el Auditorio Luis Elizondo en su función de estreno
Martín Fuentes
Fotos: Especial
Cuando el arte no necesita de palabras para comunicar emociones, entonces surge la magia.
Y magia es precisamente lo que ofrece el espectáculo ruso Slava's Snowshow que cerró en Monterrey la fase mexicana de su Gira Mundial 2013.
Ante un Auditorio Luis Elizondo casi a su capacidad el espectáculo ruso reconquistó a un público que lo ha visto una o todas las veces que se ha presentado en la Ciudad, pero que igual disfrutó de una representación que invita a echar a volar la imaginación y dejó "helados" a los espectadores.
Lo mismo niños que adultos se maravillaron por la exquisita forma que los artistas tienen para decir mil cosas sin abrir la boca. Un gesto, una mirada o un mínimo movimiento corporal bastaban para arrancar sonrisas, expresiones de tristeza o exclamaciones de asombro.
Los artistas, expertos en el arte del Clown, transportaron a los mil 800 asistentes en la función de debut, a un mundo en el que todo es inocencia, color y creatividad.
Arlem Zhimo, Oleg Lugovsky, Yuri Musatov, Tatiana Karamysheva, Guido Nardin, Vanya Polunin, Dmytro Merashchi y Chris Lynam usan su cuerpo como una forma de expresión y más allá del vestuario y del maquillaje que cubre sus rostros, impartan por su excelente desempeño.
La musicalización es otro factor que ayuda a que la audiencia se transporte a un mundo helado y la iluminación crea atmósferas etéreas que de cuando en cuando son rotas por las ocurrencias de los payasos.
Todo gira en torno al Payaso Amarillo quien a pesar de que tiene un comienzo triste arranca sonrisas del público. El primer cuadro, en el cual se evidencia la pena y la necesidad de compañía, sumergió a la audiencia en una profunda melancolía.
Sin embargo, con Slava´s Snowshow es imposible no reír. Rutinas como la del hundimiento de un barco resultaron lo suficientemente cómicas como para soltar la carcajada, aunque también hubo un momento para atemorizarse como en el que con el escenario en penumbras, aparecen criaturas extrañas.
Antes del intermedio sucedió lo inesperado. Los payasos "envolvieron" al público con una telaraña gigante que salía del escenario, y que de pronto, cubrió a todos los asistentes quienes de buena gana jugaban con ella mientras ésta subía y subía hasta llegar a la última fila.
Durante los 20 minutos de aparente receso fue donde sucedió lo más dinámico del show ya que los payasos bajado del escenario e interactuaron con la gente, pero de una forma nada convencional: tomaron bolsas de mujeres, simulando robarlas, recorrieron parte del auditorio moviéndose sobre los respaldos de las butacas, se sentaban en el regazo de hombres y mujeres que, felices, permitían cualquier cosa.
Hubo un momento en el que los artistas mojaron a la gente al lanzar chorros de agua proveniente de botellas de plástico.
Para el segundo acto la rutina del teléfono encantó a las personas, especialmente a los niños porque el Payaso Amarillo simulaba hablar con alguien al otro lado de la línea y por primera vez se escuchó su voz, fingida, desde luego.
Lo mejor, sin embargo, llegó en la parte final cuando una verdadera tormenta de nieve inundó el auditorio en medio del beneplácito del público que jugaba con los "copos" realizados en material plástico.
Como acto final, los payasos lanzaron pelotas de todos tamaños para permitir que los espectadores jugaran con ellas. Las hubo de todos tamaños, desde las más pequeñas hasta gigantes.
Se encendieron las luces y el público seguía jugando con las pelotas mientras los payasos continuaban lanzándolas. Otros artistas accedieron a tomarse la foto del recuerdo, especialmente con niños, y bajaron de escenario para compartir con sus admiradores.
Slava´s Snowshow seguirá presentándose en Monterrey hasta el 24 de junio para luego seguir por Estados Unidos, Brasil, Australia y Nueva Zelanda.
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