Acompañado de su hija Michelle Salas, quien permaneció en backstage, el cantante celebró la llegada del 2015 ante 40 mil personas en el Parque Fundidora
Miguel Ángel Arritola y Martín Fuentes
Copa en manos, amplia sonrisa y lleno de efusividad, Luis Miguel encabezó el conteo de fin de año en el Parque Fundidora donde se esperaba que la madrugada del 1 de enero de 2015 rompiera el récord de asistencia, impuesto el año pasado por Juan Gabriel en el mismo lugar.
No sucedió. Según datos de los organizadores en 2013 "El Divo de Juárez" congregó a 60 mil espectadores, y Luismi hizo que 40 mil personas, de las 70 mil que se esperaban, desafiaran el frío y la llovizna que prevalecieron durante toda la velada.
Fue un concierto extraño. Luis Miguel, por momentos se notaba ausente, siempre regañando a su equipo por fallas en el audio, a veces llamando a personas que estaban en backstage y hablando con ellas al oído.
Una de esas personas fue su hija Michelle Salas quien, brevemente apareció en el escenario sonriendo de forma tímida.
Más tarde, en su cuenta de Instagram, la hia de Luismi y Stephanie Salas compartió una imagen del mariachi actuando junto a su papá.
Las lagunas durante el concierto fueron constantes lo que provocaba la desesperación entre la audiencia.
Su forma de interpretar tampoco fue la mejor, y situación rara, a veces desafinó.
Eso sí, nunca dejó de sonreír. Habló poco con su público que demostró ser fan de hueso colorado para olvidar los 5 grados centígrados y la humedad y cantar y bailar junto a su ídolo.
Parecía que el calorcito que irradia "El Sol" fue suficiente para que el público permaneciera en el área de las eses en Parque Fundidora.
Un día antes, se había mencionado que el escenario del cantante era poco común... y fue cierto. El plató de 16 metros de alto, tres pantallas LED, una al centro y dos a los lados permitían apreciar a Luis Miguel desde cualquier ángulo.
Mención aparte merece la orquesta y la corista que acompañaron a la estrella quien salió a escena 25 minutos después de lo programado (21:55 horas).
Vestido impecablemente de negro, bronceado a morir y cantando "Quién será", el recibimiento del público, proveniente de Nuevo León, Coahuila, Durango, Tamaulipas y Texas, fue tibio, pero él no dejó de sonreír.
En "Sólo tú", la segunda de la noche, su voz no se escuchaba aún a plenitud. En cambio la orquesta sonaba maravillosa, aunque poco a poco Luismi empezó a regalar esos tonos brillantes que posee y que empleó en "Dame tu amor".
"Suave" puso a bailar a sus fans, y los ánimos empezaron a subir de tono, más cuando llegó "Amor, amor, amor".
El artista lucía un poco pasado de peso, pero eso a sus admiradoras no les importó; le arrojaban piropos al por mayor y Luis Miguel, a cambio entregó "Que tú te vas" de manera por demás apasionada.
"Buenas noches, Monterrey. Vamos a calentarnos un poquito con los boleros", saludó antes de "Todo", uno de sus clásicos.
Su canto a veces era dosificado como en "Sabor a mi" con la que puso al público a cantar con él, y "Sin ti" fue interpretada sin gracia alguna, pero la "gritó" mucho.
Fue notorio que el canto de "El Sol" ya no es tan puro como antes y eso quedó de manifiesto cuando interpretó "Por debajo de la mesa".
Aunque tuvo momentos brillantes en "La gloria eres tú", así como en "Bésame mucho", que integraron uno de los varios medleys que formaron su repertorio.
Se remontó al pasado con "Pupilas de gato" y "Alguien como tú", mientras que "Hoy el aire huele a ti" fue interpretada de manera fabulosa teniendo como cómplice un maravilloso sax.
"Más" y "Esa niña" pusieron el ambiente alegre.
Lo mejor vendría con "Amante del amor" con la cuall sacó la casta y la interpretó de lujo a la par que "Más allá".
"Fría como el viento" y "Tengo todo excepto a ti" partieron plaza, mientras que con "La Incondicional" se ganó al público al cien.
Un solo de sax y la brisa cada vez más impetuosa anunciaban "Yo que no vivo sin ti", "Culpable o no" y "Hasta que me olvides", cuya letra olvidó y sonriendo puso al público a cantarla.
Lo suyo son los boleros, por eso triunfó con "Mucho corazón", "La media vuelta", "Amorcito corazón", a pesar de que algunas goteras en el escenario le incomodaban.
En la recta final del concierto, llegó el mariachi que conquistó a propios y extraños.
Con "El viajero" puso a todos a cantar y continuó con "Si nos dejan", y mientras la interpretaba no dejaba de ver el reloj.
No dejó de reír cuando cantó "Cielito lindo", y es que se le olvidaba parte de la letra. Llegó el turno de "Separados" y "1+1= 2 enamorados".
Demostró que tiene dos pies izquierdos para bailar y eso quedó claro en "Directo al corazón".
Se puso muy festivo con "Vuelve", cuya letra olvidó también, siguió con "Cómo es posible que a mi lado" y "Será que no amas" que presagiaban el fin del show a las 23:45 horas.
"Te propongo esta noche" y "Deja vú", su reciente sencillo, parecían las últimas de la velada, pero a las 23:53 horas regresó para cantar "Santa Clós llegó a la ciudad", mientras el público le exigía un poco más de su canto, a lo que Luis Miguel accedió para interpretar "Frente a la chimenea".
A tres minutos de llegar el 2015 Luis Miguel seguía cantando y preguntaba: "¿Qué hora es?".
Luego, contagiado del espíritu festivo que inundaba el lugar, encabezó el conteo por el Año Nuevo. Alzó una copa junto con sus músicos y corista, la bebió y deseó feliz 2015.
La primera canción del nuevo año fue "Labios de miel", mientras Luis Miguel se veía feliz.
Se retiró a las 00:06 horas de este 2015 satisfecho de haber seducido con su canto.
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