Presenta en el Auditorio Banamex su nuevo espectáculo, Balas y chocolate tour, que pone a cantar y bailar a 2 mil 600 espectadores
Martín Fuentes
Fotos: Cortesía OCESA /Auditorio Banamex
Fue un concierto con aroma a chocolate, sabor a mole y a dulce... ¡saboroso!, porque sólo Lila Downs tiene la receta secreta para mezclar todos los ingredientes ponerles su toque especial y conquistar el paladar musical del público.
La noche del sábado, la cantante oaxaqueño-estadunidense congregó a 2 mil 600 espectadores que gozaron de una fiesta mexicana en el Auditorio Banamex.
Incapaces de resistirse al ritmo de la canciones: norteñitas, milongas, danzones, los asistentes al Balas y chocolate tour, en repetidas ocasiones tuvieron que ponerse de pie para bailar, motivados por la entusiasta actuación de Lila.
Fue un show breve, como siempre ocurre con la artista, con una producción sencilla en la que las otras estrellas no son los efectos, ni la escenografía, sino los nueve músicos, cuyo talento rivaliza con el de la cantante, sin embargo, juntos logran la química perfecta.
Luego de la tercera llamada, a las 21:15 horas, con el auditorio en penumbras, apenas iluminado por el nombre "LILA" escrito en rosa al fondo del escenario, se escuchó "Una cruz de madera".
En medio de gritos de júbilo y aplausos, la cantante salió sonriente, bailadora y muy contenta. Jugaba con su falda blanca y recorría el escenario.
"¿Qué pasa, Monterrey?", saludó mientras brincaba y levantaba el brazo.
"Venimos a cantarles, venimos a traerles nuestro canto. Vamos a cantarles sobre el chocolate, orgullo de Latinoamérica, vamos a cantarles sobre algunos difuntitos y queremos dedicarles esta canción a todos los periodistas que se encuentran en la línea de fuego de este país que es México", dijo antes de "Humito de copal".
De la canción de contenido social pasó a la ligereza y comicidad de "La burra", mientras bailaba de forma simpática, al tiempo que las tres pantallas colocadas en el escenario proyectaban diferentes imágenes.
Se puso un rebozo negro para interpretar "La promesa ", su canción favorita y en la que luce su poderosa voz.
De lo nuevo de su producción llegó "Balas y chocolate", que da título a su más reciente disco.
"Empezó este tema como una milonga, luego se convirtió en un danzonete y al pasar por México se volvió un danzón", explicó antes de "Dulce veneno".
Ya ambientados, artista y público, llegó el momento de interpretar a grandes compositores mexicanos.
De Juan Gabriel seleccionó "El farsante" y de José Alfredo Jiménez, "Vámonos", mientras el público cantaba a todo pulmón.
Para presentar "Cuando me tocas tú" explicó: "Pues es verdad que cuando la muerte anda tocando nuestra ventanita se alerta uno un poquito y se inspira. Mi marido y yo compusimos este bolerito para todos ustedes".
Y antes de "Patria madrina" invitó a hacer una oración por México. El ritmo cadencioso invitó al público a ponerse de pie y bailar.
Después ofreció "Viene la muerte" y "Mano negra", deliciosas y de ritmo contagioso.
En "Cucurrucucú paloma" dio rienda suelta a su espléndida voz y emocionó, pero luego volvió la alegría con "Son de muertos" que incluyó la presencia de una mojiganga bailarina.
Supuestamente ésta sería la última de la noche, sin embargo, el público aún no estaba dispuesto a irse y de pie, ovacionando a Lila, le pedía que se quedara.
Era obvio que no se iba a hacer del rogar, así que regresó con una norteña: "Casas se madera" y desde luego que un concierto de Lila sin "Zapata se queda" no estaría completo.
Entusiasmados, los asistentes se dejaron llevar por el ritmo y de buena gana se pusieron a bailar.
Público de todas las edades, desde personas de la Tercera Edad hasta uno que otro niño, se veían felices al ritmo de "La cucaracha" que Lila cantó acompañada de una admiradora infantil a la que invitó al escenario.
Para terminar la fiesta Lila seleccionó "Cumbia del mole" con la que armó la pachanga en la que nada más faltaron la cerveza y el tequila.
A pesar de la euforia, el concierto terminó. Abrutamente se encendieron las luces del auditorio y a las 22:47 horas el público se dirigió a la salida.
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