Regresó al Auditorio Banamex donde 3 mil 800 espectadores lo hicieron sentir lo máximo
Miguel Ángel Arritola y Martín Fuentes
Fotos: Cortesía OCESA /Auditorio Banamex
Si alguien le pregunta a Julio Iglesias el secreto para tener tantas novias, seguir siendo un conquistador y fascinar al público, después de casi 50 años de carrera, es sencillo: hace gimnasia y se “zampa” tres tequilas cada hora.
Pero sobre todo, le canta al amor, a los recuerdos y a los sentimientos que la noche del miércoles atraparon a 3 mil 800 espectadores en el Auditorio Banamex.
Aunque era evidente que Julio no estaba en su mejor momento después de una operación de espalda, casi todo el concierto permaneció sentado en un banquillo y limitó sus movimientos a extender el brazo para solicitar agua, el público estaba feliz.
Los espectadores susurraban junto a Julio los grandes éxitos del español, además de las canciones de compositores mexicanos que integran el último álbum que sacará al mercado: “México”.
Poco después de las 22:00 horas, el artista, apareció en escena luego de que el escenario se oscureció, y sus músicos y tres coristas, una colombiana, otra paraguaya y una brasileña, hicieron acto de presencia.
Con “Amor, amor, amor” la voz pequeña, pero bien entonada de Julio Iglesias se dejó escuchar ante la alegría de sus seguidores, en su mayoría gente mayor.
"La gota fría" fue la segunda de la noche y al llegar a "Me olvidé de vivir" su canto fue cauteloso y certero, consiguiendo una gran ovación.
De traje negro, un perfecto bronceado y un porte de Don Juan que le va de maravilla, Julio dijo en broma: “Hace 45 años que vine a Monterrey, yo tenía apenas 7 años”, provocando la risa del público.
La gente recibió gozosa “Manuela”, pero en algunas áreas del auditorio los espectadores parecían más interesados en llamar la atención del artista que en apreciar su concierto.
Gritos como “¡te amo!”, “¡ven a vivir a Monterrey!” y “¡padrote!” sacaban de concentración al artista.
Dijo tener 72 años y compartió el secreto para mantenerse casi como en sus años mozos.
“Hago un poco de gimnasia, me zampo tres tequilas cada hora”.
Luego reflexionó sobre el paso del tiempo: “Esta canción se la cantaba a mi hija”, señaló para anunciar ,"De niña a mujer" en una versión a capella donde de vez en vez una guitarra interrumpía su canto.
Dijo no tener ni "puñetera" idea de lo que es el amor pese a todas las novias que ha tenido, "y las que me faltan", destacó para dar paso a "El amor".
“La carretera" y "Careless whisper" siguieron con el programa establecido.
Habló mucho, y en ese hablar recordó cuando era un flacucho y debutó en México.
“Y así me aceptaron. Por eso amo a este país” comentó para de inmediato cantar “Échame a mí la culpa".
No hubo sorpresa en su canto, Julio nunca ha sido de grandes alcances vocales ni de altos registros, su voz es tremendamente aterciopelada y su interpretación siempre es a media voz, casi susurrando, pero con un estilo interpretativo tan maravilloso que cuando cantó "Usted" lo hizo casi acariciando los oídos de las 3 mil 800 personas.
De Cuco Sánchez tomó prestada "Fallaste corazón" y sus músicos, acariciando cada uno sus instrumentos, le dieron otro sentido a esta canción y luego, las esculturales coristas ampararon su canto en "Ella" de José Alfredo Jiménez.
Recordó que hace 44 años se encontró a José Alfredo en el aeropuerto de Guadalajara y le dijo: “Maestro, nadie como usted para componer”.
A lo que el compositor le contestó: “Y tú, ¿quién eres?”.
Iglesias dijo que de entre todos los grandes compositores mexicanos como Lara y Manzanero, nadie como el guanajuatense, y de él cantó "Amanecí en tus brazos".
Desde el banquillo en el que permaneció sentado, Julio recibió los aplausos y el cariño de la audiencia que lanzó expresiones de júbilo con “Hey”, la mejor de la noche y la más ovacionada.
Unas delicadas cuerdas marcaban la entrada a "Por el amor de una mujer" interpretada de una manera justa y emotiva, aunque en ocasiones la voz le jugaba malas pasadas.
Antes de “Caruso" dijo que ha grabado con cuanto artista internacional ha pasado por su vida.
“Pero este tema lo hice con alguien muy especial, con Luciano Pavarotti”, añadió.
“Yo no soy cantante, yo solo estoy aquí, con ustedes”, dijo cuando le llegó el turno a "La vida sigue igual".
La acústica fue su peor enemiga durante toda la noche, ya que no hubo esa fuerza en el sonido; parecía como una consola con sonido mediano pero eso no impidió para que se luciera en "Me va me va".
Se quejó de un dolor en la espalda ya que recién lo acaban de operar y dijo ser un "padrote" ante el grito de un fan que así le dijo.
“Yo… ¿padrote yo…?… pues sí, ¡soy un padrote!”, ante la algarabía de los espectadores.
Anunció que el show estaba por concluir "pero no quiero que se vayan a sus casas sin haber escuchado esto", declaró mientras se disponía a interpretar una tímida versión de “Me cansé de rogarle".
Salió de su confort en las baladas para entrar un poco a lo "movido" con “¿Quién será?” donde por primera vez se levantó de su banquillo para dar uno que otro paso de baile.
A estas alturas, Julio se veía terriblemente cansado y eso lo reflejó en su tibia interpretación a "La nave del olvido".
A las 23:33 dirigió su andar cansado hacia la salida del escenario dejando atrás una estela de sentimientos encontrados.
Y mientras la gente gritaba: “¡otra, otra!” se retiró del lugar.
Casi corren a Julio, Jr.
Miguel Ángel Arritola
Salió partiendo plaza y le echó muchas ganas, pero ni así, Julio Iglesias, Jr. logró que los regiomontanos le permitieran cantar más de lo permitido y con gritos de “¡nooooo!”, “¡que salga tu papá!”, casi lo corren del escenario.
Fue una sorpresa para el público que al apagarse las luces del Auditorio Banamex, una voz en off anunciara la actuación de Julio Iglesias, Jr. quien entró con más pena que gloria a cumplir con su trabajo como “telonero”.
Al ritmo de “Lobo hombre en París”, en una versión por demás generosa Julio entró con gran ímpetu, pero el público lo atendió de manera un tanto desairada.
No luce "cuerpazo" como en antaño, al contrario, se ve muy delgado y su canto es impersonal. Eso se palpó en "La camisa negra”, de Juanes.
El público ahora sí le respondió con tibios aplausos.
"Agradezco estar aquí esta noche. Monterrey me gusta y me ha dado mucho a mi carrera. Hace 10 años que no venía”, dijo Iglesias quien agregó sentirse privilegiado de compartir escenario con su padre.
Al interpretar “Every breath you take” bajó del escenario y se dejó mimar, tocar y hasta tomarse fotos.
Dijo que "Con el viento" fue el tema que lo trajo a México "y es de mi autoría".
Siguió con “La flaca” y al finalizar expresó ingenuamente: “Si por mi fuera me quedaría toda la noche" a lo que el público, al unísono gritó un “¡noooo!”.
Pero el siguió con "You’re so beautiful" para dar por terminada su desangelada presentación.
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