El cantante hawaiano congrega a 14 mil fanáticos en la Arena Monterrey y los hace tocar el cielo con un maravilloso show
Martín Fuentes
Bien dicen que los perfumes caros vienen
en frascos pequeños…
Y es que lo primero que llama la atención
al ver a Bruno Mars en escena es su estatura, apenas mide 1.65 metros, pero su
espléndida voz y un show perfecto, de principio a fin, lo vuelven un gigante de
la música.
Anoche, Peter Gene Hernández, su nombre
real, debutó en suelo regiomontano y congregó a 14 mil fans en la Arena
Monterrey, en la primera de las dos presentaciones de su espectáculo The
Moonshine Jungle Tour.
Aunque apenas faltan unas cuantas fechas
para que esta gira concluya, después de casi dos años de recorrer el
mundo, la energía de Bruno y su banda parecía inagotable.
Desde el primer momento en que llegaron
al escenario hasta la hora de decir adiós, después de 90 minutos de concierto,
el show siempre fue de más a más, sin dar respiro a la audiencia, que no dejó
de cantar y bailar.
La producción del concierto es
espléndida. Hay fuego, pirotecnia, luces robóticas, una gigantesca pantalla al
fondo y una plataforma sube y baja a Bruno en diferentes momentos.
Antes del concierto, un telón gigante
cubría todo el escenario llenando de intriga a los espectadores, que no sabían
realmente qué esperar, pero que al final quedaron satisfechos y sorprendidos
con el artista.
Antes de la actuación de Bruno, los DJs
regios Les Vagabonds se encargaron de ambientar a los asistentes, quienes al
principio abuchearon a los artistas, pero luego de 15 minutos de actuación,
terminaron ovacionándolos.
A las 22:00 horas Bruno, nacido en
Hawaii, salió a escena interpretando una poderosa versión de
"Moonshine", que de inmediato provocó una estruendosa reacción de la
gente.
Sin tregua, Bruno entregó
"Natalie" e inmediatamente, "Treasure".
Apenas habían pasado unos minutos de show
y el público ya estaba bailando y entregado al 100. Y es que la fusión de la
música de Bruno: reggae, pop y R&B es simplemente irresistible.
"¡Méxicoooo!", gritó.
"!Monterrey, México!, ¿están listos? ¡Muévanse!, ¡sacúdanse! A eso
vinimos".
Luego cantó "Money makes her
smile" y "Billionaire".
Prácticamente el show ya iba a la mitad
cuando la música festiva y simpática se tornó sensual y apasionada con
"Show me" y "Our first time", en las que Bruno hizo gala de
increíbles alcances vocales, mientras una plataforma lo elevaba encima del
escenario.
Pero su voz casi no se escuchó porque las 14
mil gargantas cantaron junto con él "Marry you".
"Vamos a hacer que las cosas se
tranquilicen un poco", dijo Bruno para dar paso a "If I knew" /
"It will rain".
Sin embargo, el cantante tiene una chispa natural
y lo suyo es bailar por el escenario y hacer partícipe a la gente de su
espíritu festivo, así que de inmediato cantó "Runaway baby" y
"Nothing on you".
Aprovechó para "presumir" su
precario español: "Las quiero mucho, muchachas... No sé mucho español...
sólo 'bésame' y '¿en dónde está el baño?".
Un momento sublime fue cuando interpretó
"When I was your man" y confesó lo mucho que le duele cantarla
"He cantado muchas canciones, pero
esta es una de las más difíciles de componer y cantar", reveló.
Y fue evidente que es un tema especial
para él porque a media canción fue invadido por la emoción y lloró mientras la
Arena era iluminada por miles de celulares capturando el momento.
El concierto estaba en su apogeo cuando
entregó "Grenade" y su primer gran éxito: "Just the way you are”,
que aparentemente cerraría una gran noche.
Pero no fue así. Bruno reapareció tocando
la batería y luego invitó a sus fans: “Este es nuestro primer show en Monterrey
así que quiero que canten”.
No hizo falta que lo repitiera, la
audiencia comenzó a corear: “Oh, yeah yeah… oh yeah yeah…”, de “Locked out of
heaven”.
Sin embargo, el punto final llegó a las
23:30 horas con “Gorilla” en la que, una vez más, Bruno derrochó calidad
interpretativa y que fue el cierre perfecto para una noche irrepetible… o quien
sabe, el sábado Bruno tenía pendiente otro encuentro con los regios.
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