El espectáculo Bangerz Tour de la artista no es tan controvertido ni espectacular y termina por aburrir por repetitivo y grotesco
Martín
Fuentes
Miley Cyrus
llegó a Monterrey precedida de gran controversia con su Bangerz Tour, show
calificado de polémico, irreverente y hasta pornográfico. Pero será que
prefirió evitarse problemas con la censura o en realidad el espectáculo fue “mucho
ruido y pocas nueces” porque el arranque de la fase mexicana de su gira,
resultó toda una decepción.
Anoche, en
la Arena Monterrey, 14 mil estruendosos fans dieron la bienvenida a la hija de
Billy Ray Cyrus quien prometía una velada única. Sin embargo, conforme pasó el
tiempo, el concierto fue cayendo en un letargo del que sólo se libró casi al
final cuando Miley interpretó sus tres más grandes éxitos musicales.
Bangerz Tour
es un espectáculo gotesco, sin sentido alguno, parece que cada quien hace lo
que quiere y por momentos, la artista es irritante porque, o bien no domina el escenario, o es demasiado
hiperactiva para moverse y hablar.
Ella es nula
como bailarina y aunque es buena cantante resulta pésima intérprete y eso lo
dejó de manifiesto con “Wrecking ball”, una canción intensa, dramática, que
Miley ofreció a los regios sin el toque apropiado.
Acompañada
de 10 bailarines y cinco músicos, la artista cantó durante casi horas los temas
más reconocidos de su discografía, además de algunos covers de y varias rolas más
que se incluyen en sus discos, desde su época de Hannah Montana hasta el álbum “Bangerz”.
La
producción tampoco es nada del otro mundo. Se apoya en tres pantallas y una
pasarela le permite estar más cerca de sus seguidores, quienes durante toda la
velada se desvivieron obsequiándole toda clase de artículos como un chaleco de
mezclilla recargado de adornos, un sombrero de charro, collares, pulseras y
camisetas.
Cuando un
fan le obsequió una de estas prendas con la leyenda “RIP Floyd”, el perro de
Miley que falleció hace poco, la artista no dudó en ponérsela y platicar con la
audiencia sobre su preocupación por el maltrato animal.
Y tal parece
que al paso del tiempo, la cantante ha modificado su show porque el de anoche
no es como el que ha estado presentando en diferentes partes del mundo. No
salió a escena un auto sobre el que se mueve provocativamente y tampoco usó el
traje estampado con billetes de dólar.
Sin embargo,
su comportamiento sí fue el de siempre. Desde que salió a escena, la artista se
dedicó a contonearse voluptosamente, a sacar la lengua y a dirigirse a la audiencia
con palabras altisonantes, acto que la gente recibió con aplausos.
Incluso, en
un momento del show, Miley escupe agua, gesto que los admiradores de la ex
chica Disney aceptaron con mucho placer.
A las 21:07
las luces de la Arena bajaron de intensidad y al aparecer el cuerpo de
bailarines provocaron los primeros gritos de la gente.
Ataviada siempre
con “bodies” que apenas cubrían sus zonas íntimas, Miley deleitó a los
espectadores con “SMS Bangerz”, “4X4”, “Love, Money, party” que presagiaban un
buen espectáculo.
Pero conforme
avanzó la noche, la novedad de los primeros minutos desapareció y las actitudes
de la estrella comenzaron a ser repetitivas y predecibles.
Eso sí, el
show está recargado de colores y personajes, además de que todo el tiempo el
escenario luce desordenado con diferentes objetos regados por todas partes.
“Maybe
you´re right”, “FU” y “My Darling” fueron un pequeño ejemplo de que si Miley se
tomara más en serio podría ser una gran intérprete.
El público
estaba realmente loco por su artista y ésta entregó en retribución “Do my thang”
y “Get it right”, aunque el primer gran estallido de emoción llegó con “Can´t
be tamed”.
Luego se
puso romántica con “Adore you” en la que recomendó enamorarse y entregarse
apasionadamente, mientras indicaba que los besos tenían que ser con mucha
lengua.
Después de “Drive”
incluyó un set especial con canciones, entre otros, de Los Beatles: “Lucy in
the sky with diamonds” y de Johnny Cash: “A boy named Sue” que, dijo, ha inspirado
las carreras suya y de su padre.
El show por
momentos se alentaba y luego retomaba fuerza, especialmente cuando salió
ataviada con un enorme trasero de hule espuma y cantó “23”, parodiando a Nicki
Minaj.
“On my own”
y “Someone else” fueron preludio a los
tres mayores hits de Miley: “We can´t stop”, “Wrecking ball” y tras un breve
receso, “Party in the USA” con la que cerró su show a las 22:59 horas, en medio de una lluvia de
papeles de colores y los gritos emocionados de sus miles de fans regios.
Miley ofrecerá este miércoles su segunda
actuación en Monterrey luego se presentará en la Ciudad de México y Guadalajara.
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