La italiana cantó casi tres horas, derrochó simpatía, compartió el escenario y aún así concluyó su espectáculo Grandes Exitos 2014 como toda una diva
Miguel Ángel Arritola y Martín Fuentes
Como cantante pop Laura Pausini es espléndida, pero como intérprete de ranchero, es la “italiana más mexicana”, la que se pone el traje de charra y canta con sobrada pasión “Amor eterno” y demuestra con creces que es “chingon….a” y complació a sus fans con una romántica y espectacular velada la noche del martes en la Arena Monterrey.
Los 8 mil 500 espectadores, cifra oficial y la coach de “La voz… México” hicieron “click” de inmediato, casi como al principio de su carrera, cuando “La soledad” la catapultó como una estrella de la balada.
Con su “Grandes éxitos tour 2014”, la cantante no sólo regaló una noche inolvidable para sus fans, porque no escatimó en obsequier esa prodigiosa voz que posee, también se mostró por demás graciosa, aventada y mal hablada porque hizo gala de las “palabrotas” que Julión Álvarez le ha enseñado desde que ambos participan en el mismo programa de televisión.
Pero Laura también estuvo platicadora, recordó anécdotas familiares, como cuando tuvo oportunidad de estar junto a su “nonna” (abuela) en sus últimos minutos o como cuando descubrió que su hermana menor, Silvia, y su pareja no tenían una canción de amor, y la propia cantante se dio a la tarea de componerles una.
El repertorio seleccionado por la italiana recopiló sus 20 años de trayectoria, con canciones de diferentes momentos de su carrera, que le permitieron demostrar que su voz impresiona por sus alcances y matices.
Sin embargo, lo mejor del show está en esa forma pícara que tiene de decir expresiones coloquiales muy mexicanas como “¡No mam…, güey!”.
Y al principio del concierto lanzó una pregunta a sus fans: “¿Cómo me quieren, bien portada o chingo….a!?”. La respuesta de la audiencia fue evidente.
“Chin… así seré ¡Viva Julión (Álvarez)!”.
Pausini se apoyó en una orquesta de 22 músicos, que incluían 14 de un ensamble de cuerdas más ocho de su banda y cuatro coristas, además de un ballet que hicieron lucir aún más su show.
Cuando salió a escena, a las 21:15 horas vestida de charra se veía impecable. Estaba feliz en ésta, su cuarta visita a Monterrey, aunque se quejó de que en 20 años han sido pocas las ocasiones en que ha visitado la Ciudad.
“¿Cómo están mis regios?, gracias por recibirme, los quiero mucho”.
“Sino a ti”, “Bienvenidos” y “Jamás abandoné” abrieron la velada con energía.
Habló de la soledad que un artista como ella puede tener, también se refirió a sus miedos e inseguridades y destacó esa felicidad que ahora ha logrado derribar sus noches solitarias, todo ello como preámbulo a “Donde quedo solo yo”.
Las emociones se pusieron a plenitud con “En cambio no”, dedicada a su “nonna” .
“Dios me dio la oportunidad de alcanzarla en sus últimos momentos en vida. Fue algo maravilloso; me llamó mi mamá y me dijo que tenía que estar en el hospital donde estaba mi nonna, mi abuelita.
“Manejé dos horas para llegar a donde estaba ella internada…y cosas de la vida….ella estaba en el hospital donde yo nací... donde ella me vio nacer”.
Su voz se entrecortó y tomó un largo suspiro para continuar.
Pero en este recital también recordó a su mamá con “She” y se sumergió en una desgarradora interpretación de “Como si no nos hubiéramos amado”.
Hubo un momento en que Pasuini se pronunció a favor de las relaciones homosexuales, ganándose una gran ovación.
“Basta de homofobia, el amor es uno solo”, dijo al momento en que unos bailarines simulaban una relación entre iguales.
Fue generosa al compartir el escenario con cuatro integrantes de su equipo en “La voz…”. Con Saak y Aynes “Primavera anticipada” y con Melissa y Andrea, “Limpio”.
La audiencia era bombardeada con éxitos como “Prendo te”, “Inolvidable”, “Entre tú y mil mares”, “Escucha atento”, “Volveré junto a ti”, “Gente” y “”En ausencia de ti”.
Cuando parecía que Laura había entregado todo, la italiana sorprendió una vez más a sus seguidores.
Benny Ibarra apareció en escena para cantar con ella “Víveme”, que fue la mejor recibida de la noche.
A más de dos horas de haber comenzado el show, la italiana todavía tenía cuerda, y aunque parecía que “Amores extraños” era la última de la noche, faltaban sus dos primeros hits: “Se fue”, junto a Mariolis, Polo y Jonathan, de su equipo, y para cerrar la noche: “La soledad”, con la que cerca de la medianoche concluyó una velada pasional y romántica.