Desafinado, incapaz de alcanzar las notas que lo hicieron famoso y a veces susurrando, el español regresó a Monterrey con su show Todo de mi
Miguel Ángel Arritola y Martín Fuentes
El viento soplaba a favor de Camilo Sesto… pero de pronto, negros nubarrones y amenaza de tormenta casi hacen naufragar su concierto de anoche en la Arena Monterrey.
Y es que todo estaba dispuesto para que fuera una gran velada: un repertorio de grandes éxitos, una espectacular banda integrada por excelentes músicos y tres coristas de primera, además de un montaje decoroso. Lo único que falló, y de manera atroz, fue la garganta de Camilo.
Desafinado, incapaz de alcanzar las notas que alguna vez lo llenaron de gloria, con serias dificultades para recordar algunas letras, el español, sin embargo, contó con el apoyo incondicional de 10 mil 500 espectadores (cifra oficial), que más bien, eran fans incondicionales del artista que tuvo sus mejores momentos a finales de los años 70 y principios de los 80.
Antes de que arrancara el show titulado Todo de mi, las especulaciones estaban al por mayor. Y es que en las últimas semanas, el artista estuvo en el ojo del huracán por su evidente cambio de fisonomía.
El público murmuraba: “¿Será cierto que se cambió la cara?”, “¡son mentiras, yo lo vi igual en unas fotos!”, se escuchaba mientras en una pantalla gigante al centro del escenario comenzaba la cuenta regresiva para que el intérprete apareciera en escena.
Camilo salió a las 21:1 horas, el público lo recibió de pie, mientras la orquesta arrojaba las primeras notas de “Con el viento a tu favor" para después seguir con la desafortunada interpretación de "Llueve sobre mojado".
De traje negro y corbata planteada, el cantante español se mostró feliz de estar en tierras regias y para sus fans femeninas cantó "Mi mundo tú".
En los primeros minutos hubo consternación entre la gente que se preguntaba por qué esa su voz tan ladina y tan inquietantemente nasal, pero Camilo estaba ajeno a los comentarios y siguió con "Miénteme".
No hubo pureza ni en la parte musical, mucho menos en la interpretativa cuando llegó el momento de “Has nacido libre”, una de las canciones más bellas que ha grabado el español que ya tiene 69 años de edad, pero que anoche no lució en lo absoluto.
Mientras cantaba "Tarde o temprano" hubo comentarios mordaces en torno a su voz, a su cara, a su vestuario, que en honor a la verdad, no hicieron justicia a aquel intérprete que hace casi 40 años paralizara al mundo con su privilegiada garganta.
Se atrevió a cantar a capella "Piel de ángel”, de una forma que dejó al desnudo su maltratada voz, pero el público fue generoso con sus aplausos.
En "Mi buen amor" hubo tímidos destellos de aquella interpretación sublime, pero todo quedó en un emotivo intento.
"Terciopelo y piedra" llegó sin pena ni gloria, ya que el público la recibió de manera tibia.
De fuego y amor y con pandero en mano, Camilo siguió con "Melina”, tornando el ambiente en una fiesta llena de papeles de colores.
De pie los asistentes recibieron "Fresa salvaje" y el intérprete que lleva dentro intentó salir, pero jamás lo logró.
Un sax llamó la atención y fue cuando Camilo intentó sacar la casta con "Amor mío qué me has hecho”. Hubo pasión, furia y tintes de sensualidad que los asistentes apreciaron con una ovación.
Tal vez para este momento del show, Camilo ya estaba agotado porque recurrió a los tonos bajos y susurros para interpretar “Jamás”.
Preguntó sí alguien quería ser su amante a lo que la mayor parte del público respondió con un sonoro “¡sí!”.
Con una sonrisa, el artista pidió a los músicos que tocaran "Quieres ser mi amante".
Infame fue la interpretación de "El amor de mi vida" pero el público con respeto le hizo segunda, quizá para atenuar las fallas vocales de su ídolo.
Hizo un delicado medley de "Amor de mujer" y "Todo por nada" para después caer en "Algo de mí" y "Vivir así es morir de amor", todas ellas interpretadas en un agónico canto.
Un piano arrancó notas nostálgicas de "Perdóname" y la gente en franca devoción hacia su cantante, le hizo segunda voz.
En "Qué más te da" puso en aprietos a las coristas al olvidar el estribillo de la canción.
Intentó despedirse, pero regresó para cantar "El rey" ante el beneplácito de sus fans y el desconcierto de sus coristas al salirse de los tonos marcados
Su voz se rompió en un llanto que conmovió a quienes acudieron a la Arena Monterrey y con "Algo de mí" dijo “gracias” y “adiós” a las 23:00 horas.
El concierto a detalle
*Camilo realizó dos cambios de vestuario, aunque siempre conservó el estilo de sus camisas: colores brillantes y mangas transparentes.
*Por momentos parecía que le faltaba el aire y actuaba como si estuviera a punto de desvanecerse.
*Olvidó la letra de “Qué más te da”, desconcertando a sus coristas y músicos.
*A pesar de las fallas vocales del artista el público calificó el show de “excelente” y salió satisfecho de la Arena.
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