Una noche que invitó a la nostalgia, al amor y a revivir grandes momentos es lo que los artistas ofrecieron en la Arena Monterrey
Miguel Ángel Arritola
Estela Núñez puso el romanticismo y
Napoleón, la melancolía logrando con ello un cúmulo de sentimientos encontrados
a quienes asistieron la noche del jueves a la Arena Monterrey.
Estela y Napoleón son en escena un
verdadero torbellino de emociones, ambos, con un buen baúl de recuerdos,
remontaron al público con sus canciones a un ayer gratificante.
La primera en salir a las 20:00 horas
fue la tapatía quien tuvo un público generoso en entrega y cariño.
Estela echó mano de ese estupendo
repertorio de baladas que tiene en su haber para salir adelante de manera
victoriosa.
La gente veneró su canto en “Por amores
como tù” y la aplaudió a más no poder en “¿Te acuerdas?”, una balada de Juan
Carlos Calderón en la que voz no le respondió al cien.
"Maldito sea tu amor" fue
bien recibida por el público quien junto a ella coreó el tema.
Sacó la casta en "Con las manos
vacías" en la que su voz fue por demás espléndida, alcanzando tonos brillantes.
Los éxitos siguieron con "Déjate
amar", track que marcó historia en su carrera, en los años 80.
Dijo que “Vivir sin ti” era un tema
muy difícil y hasta dudó alcanzar los tonos que en su momento la llevaron a
ganar el Festival OTI.
Y desde luego que respetó los tonos,
aunque al final la traicionaron, pero al público eso no le importó y ovacionó su
gran esfuerzo.
La Arena Monterrey vibró con
"Una lágrima" el clásico de clásicos con el que Estela anunció su
despedida del escenario, al filo de las 20:40 horas.
Le pidieron otra y no se hizo del
rogar, pero ahora acompañada de un mariachi salió para cantar "Serenata
Huasteca".
Lo vernáculo le sienta de maravilla
por ello en "No volveré" su interpretar fue de lujo.
Estela es jocosa y "picosa"
y hasta eso, le va bien y más si sus comentarios los hace acompañar con temas como
"Ranchito triste", la mejor lograda de la noche.
A esta altura del concierto, las
cuerdas vocales de la artista estuvieron en plenitud y eso lo dejó más que claro
en "Se me olvidó otra vez", de Juan Gabriel.
El público le pidió "Cielo
rojo" y de inmediato giró órdenes al mariachi para que tocara esa melodía
donde presumió un falsete que erizó la piel a más de tres.
El ambiente se tornó triste cuando
las primeras notas de "Amor eterno" se esparcieron por toda la Arena
Monterrey.
Indiscutiblemente la misma Rocío
Dúrcal se hubiera sentido orgullosa de tan justa y emotiva interpretación a
este tema de la autoría de Juan Gabriel.
Bajo una lluvia de aplausos y un
público de pie Estela se despidió a las 21:27 horas justo cuando cantó "El
pastor".
La
estrella de la noche
Al filo de las 21: 45 horas un medley
de sus grandes éxitos como "Hombre", "Lo que un día fue no será",
"Eres" y "30 años" anunciaban a la estrella de la noche,
Napoleón.
Llegó con un andar un tanto cansado,
vestido de negro con camisa blanca y se puso frente al micrófono para arrancar
la velada con "Hombre".
Su entrada al escenario de la Arena
Monterrey quizá no fue del todo afortunada, pero Napoleón se ganó a los regios
con esa melancolía que trae tatuada en su persona y en sus canciones, como
"Celos" que fue atendida con respeto.
"Amigos de la prensa escrita,
gracias por estar aquí", dijo mientras alguien del público le gritaba
"tú eres mi papá", cosa que le causó mucha gracia.
Napoleón habló sobre sus ilusiones de
joven, de ese amor prohibido que le profesaba a esa vendedora de amor, a
ese "Pajarillo".
Seis músicos y tres coristas
engalanan la voz de este trovador que sabe sacarle lágrimas a su canto y ahí
estaba "Amor de habitación", como fiel ejemplo.
Napoleón también es optimista y con
"Eres" hasta su semblante cambió y una leve sonrisa se dibujó en su
rostro
"Después de tanto" fue
interpretada tan fiel a su versión original, salvo que ahora invitó a sus
coristas a que le hicieran segunda voz.
El público le pidió sus éxitos y él
lo calmó al decir: "Hoy les cantaré todo lo que pidan, pero a su
tiempo".
Hizo mofa de aquella caída de Juan
Gabriel "donde se rompió la muñeca" y sus fans adoraron ese doble
sentido, pero de inmediato Napoleón se puso serio para entrar en situación con
"Y para qué", y "Mientras llueve", ambos éxitos de José
José.
Como compositor Napoleón tiene un
lugar preponderante y eso se palpa en "Tu primera vez", también éxito
de “El príncipe de la canción” y en la que el propio autor tuvo que bajar todos
esos tonos altos para poder llegar a cantarla con sumo decoro.
El repertorio de Napoleón es por demás
certero, es de éxito tras éxito y por ello "Lo que un día fue no será"
fue cantada al unísono entre público y artista.
Recordó "Deja", que le
compuso a Yuri para el Festival OTI, logrando el tercer lugar y que ahora cantó
con sus tres coristas
Le dedicó “30 años" a todos los
hombres que son fieles a sus parejas.
A su mamá dedicó "Sin tu
amor" y su voz se quebró, pero como todo profesional salió adelante.
"Ella se llamaba" marcó la
despedida del cantante pero sus fans le pedían "Vive" y accedió.
A las 23:18 horas regresó para
interpretar en honor a su mamá, esa mujer campesina a quien tanto amó,
"Amapola".
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