El cantante deleita con un magnífico
espectáculo y su poderosa voz a 7 mil fans en el Auditorio Banamex
Martín Fuentes y Miguel Ángel Arritola
Fotos: Cortesía OCESA /Auditorio Banamex
Martín Fuentes y Miguel Ángel Arritola
Fotos: Cortesía OCESA /Auditorio Banamex
Y como dice el coro de su canción: "¡Voy a vivir… voy a gozar!", anoche Marc Anthony cumplió al pie de la letra y logró que 7 mil regiomontanos armaran tremenda fiesta en el Auditorio Banamex, en el primero de sus dos conciertos.
El centro de espectáculos, a
su capacidad, se cimbró con la salsa de Marco Antonio Muñiz, su nombre
verdadero, que sorprendido por su éxito en tierras regias, no paró de agradecer
la respuesta del público a su espectáculo Vivir mi vida.
A poco más de cuatro años de
haber a actuado en la ciudad por primera vez, el astro nacido en Nueva York,
regresó para comprobar que su popularidad, en una tierra en la que la salsa no
es un género popular, es arrasador.
Sorprendente fue también
darse cuenta que las 7 mil personas se sabían cada una de las 14 canciones que
integraron el repertorio en el que no hubo cabida para el descanso.
Tema tras tema Marc Anthony
deslumbró con su potente y educada voz, pero fascinó con su galanura,
coquetería y esa sensualidad que ha conquistado a la ex Miss Universo Dayanara
Torres y a Jennifer Lopez.
No se le puede reprochar que
haya sido impuntual. Su llegada al escenario, a las 21:56 horas fue un sueño
largamente esperado por sus fans después de que el artista pospuso sus
presentaciones de principios de año por motivos de salud.
Así que pocos se atrevieron a
reclamarle esa casi media hora de espera y cualquier molestia fue disipada en
cuanto Marc apareció.
Alto, delgado y vestido
enteramente de negro, de inmediato ejerció su poderosa personalidad para
fascinar al sexo femenino mientras los hombres no podían menos que admirar su
talento y la producción del show.
Una espléndida orquesta y
tres coristas acompañan al intérprete en la parte musical. En cuanto al montaje
del espectáculo hay que resaltar la funcionalidad de los tres niveles sobre los
que se encontraban los músicos y el perfecto juego de luces.
Tres pantallas al fondo del
escenario complementan la producción.
"Valió la pena" una
canción que parecía dedicada a todos los que esperaron al cantante, abrió la
velada.
Al grito de "¿Dónde está
mi gente?", provocó los primeros gritos de la noche al tiempo que lanzaba
besos y coqueteaba cuando le tomaban fotos con los celulares.
De inmediato, apenas en la
segunda canción, "Y hubo alguien", ya era dueño de escenario; lo
recorría de lado a lado con gran familiaridad, mientras se quitaba los lentes.
"Hasta ayer" fue el
pretexto para que su violinista diera rienda suelta a su talento en un solo
impresionante.
Ya en confianza, Marc saludó:
"¡Qué rico, qué honor, qué placer! Si no saben, en un concierto de salsa
se baila, se pueden parar; se hace bulla. Esta noche tenemos un poquito de
todo.
“¿La están pasando bien?, ¡qué
lindo! Vamos
a cantar un poquito de todo”.
Luego leyó una pancarta de
una fan: “Esperé 1708 días para verte; esperaría más. No tardes tanto en
regresar”.
Siguió el show con “Volando entre tus brazos”
y al finalizar paró el show para solucionar un "problemita" con el audio.
Dijo que “Contra la corriente” era una de sus
favoritas, pero aun así dejó que su timbalero acaparara los reflectores.
Le dieron una bandera de Puerto Rico y emocionado expresó: “No sabes qué
significa la bandera de mi patria, tan lejos, pero sintiéndome en casa”.
Echó por tierra las leyendas urbanas que rodeaban
la canción “Y cómo es él?”.
“Es la favorita de mi papá y de mi mamá. Siempre
me dijeron que se trataba sobre la hija del protagonista. Pero cuando la grabé tuve el honor de conocer al compositor,
José Luis Perales, y me dijo que no, que se trataba de una historia personal
cuando se enamoró por primera vez a los 16 años”.
Pero más que salero y bulla, Marc es también
un enorme talento como intérprete y lo demostró con “Vivir lo nuestro”, que le mereció una gran ovación de pie.
Sin embargo, aunque le
fascina demostrar su capacidad vocal, lo suyo es la pachanga por eso volvió a
ponerse sabroso con “Nadie como ella” y “Qué precio tiene el cielo”.
Casi al final del show reveló que gracias a “Hasta
que te conocí”, de Juan Gabriel, retomó sus raíces.
“Te conozco bien” y “Mi gente”, de Héctor Lavoe dejaron al público con el
entusiasmo por todo lo alto cuando Marc salió del escenario.
Pero era obvio que no se iba a ir sin antes
cantar “Tu amor me hace bien” y dejar para el cierre del concierto “Vivir mi
vida” con al que se armó una gran fiesta de música, baile y color.
Marc besó el piso del escenario y pidió a sus
fans: “¡La vida es una, a gozar! Dios me los bendiga, hasta pronto y muchas
gracias”.
Eran las 23:44 horas y el público aún se
resistía a abandonar el auditorio, quizá esperaban que Marc volviera para
cantar “Ahora quien”, uno de sus más grandes hits que, inexplicablemente, no
formó parte del set list.
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