En menos de dos horas la banda resume 19 años de poderosa trayectoria ante 11 mil 500 fans que hicieron retumbar la Arena Monterrey
Martín Fuentes y Miguel Ángel Arritola
Fotos: Andrea Jiménez
Una simple palabra definiría el espectáculo de la banda Linkin Park en la Arena Monterrey: ¡Poder!
A casi tres años de su primera presentación en la Sultana del Norte, cuando formó parte del MTV World Stage, el grupo integrado por Chester Bennington, Mike Shinoda, Joe Hahn, Brad Delson, Rob Bourdon y David Ferrell regresó el jueves con más fuerza para presentar su espectáculo The Hunting Party Tour que hechizó a 11 mil 500 espectadores (cifra oficial).
El atractivo de la banda angelina radica en su increíble desempeño en escena y la maestría de los músicos en cada instrumento. Además de que Chester, como vocalista y Mike rapando merecen mención aparte.
Y es que el montaje es sencillo. Apenas cuatro pantallas y un espectacular juego de luces fueron suficientes para enardecer a los espectadores que prácticamente desmayaban cuando alguno de los artistas recorría una pasarela, colocada en medio del escenario y que llegaba hasta mitad de la cancha.
Cientos de manos de estiraban para alcanzar a los artistas quienes correspondían, rozándolas con los dedos.
The Hunting Party Tour es un show estridente. Hay guitarrazos al máximo y la batería suena exageradamente poderosa. Ni qué decir de la voz de Chester, quien ocupa el puesto número 46 en la lista de los 100 mejores cantantes de rock, de revista “Hit Parader”.
A las 21:07 horas se anunció la presencia de los artistas. El sonido de una guitarra y luces que se encendían y apagaban rápidamente provocaron los primeros alaridos de los espectadores. Minutos más tarde, uno a uno los de Linkin Park, tomaron su puesto y comenzó la fiesta.
"Papercut”, la primera de la noche, fue apenas una pequeña probada de lo que estaba por venir. Sin perder tiempo, los artistas ofrecieron “Given up”, “Point of authority” y “One step closer”.
Chester y Mike hablaron poco, o casi nada. Si acaso, para dar las buenas noches y en una que otra ocasión.
"Buenas noches, Monterrey, es increíble poder estar aquí. Los amamos", expresó Chester, cuya privilegiada garganta hizo que el público subiera a una montaña rusa de emociones.
Y mientras sobre el escenario Linkin Park derrochaba talento, en la cancha el público no paraba de cantar ni brincar. Tampoco dejó de levantar los brazos al ritmo de las canciones.
Fueron 20 rolas las que integraron el set list, sin embargo, el concierto está diseñado de una forma ágil por lo que casi sin percibirlo las canciones llegaron una tras otra: “A line in the sand”, “From the inside” y “Wastelands”.
Mientras cantaba, Chester se enrollaba en una de las dos banderas de México que usaron como elemento decorativo.
Pero Mike también tuvo sus grandes momentos, como cuando presentó la nueva canción “Break it down” e informó que estaría disponible para descarga gratuita esa misma noche.
“Breaking the habit”, “Final masquerade” y “Welcome to the end” lograron un efecto devastador entre la audiencia que, gustosa, aceptó la descarga de rock, metal y rap.
Los artistas se notaban felices y estaban dispuestos a complacer a sus admiradores. Tan sencillos en su indumentaria como en su trato, se esforzaban por agradar al público.
“Numb” e “In the end” parecían ser las últimas de la noche, pero el grito generalizado de “¡Linkin Park!”, “¡Linkin Park!”, motivó a los artistas a regresar casi de inmediato para ofrecer “Crawling”, su canción emblemática.
Chester aprovechó para dedicarla a Christopher, un fan que los vio en su concierto del martes en la Arena Ciudad de México, pero al día siguiente falleció.
“Fue un honor haber actuado para ti. Espero que estés allá arriba rockeando libre”, dijo el vocalista.
“Waiting for the end”, “What I’ve done” y “Bleed it out” fueron, ahora sí, las últimas del concierto que terminó a las 22:50 y englobó en menos de 120 minutos 19 años de trayectoria de Linkin Park.
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