viernes, 28 de noviembre de 2014

Juan Gabriel: Para verlo, pero no escucharlo


Serios problemas en la garganta del divo impidieron que su voz poderosa retumbara en la Arena Monterrey, pero a cambió fue el público quien se hizo oír, cantando de principio a fin


Miguel Ángel Arritola

¡No canta… pero cómo encanta!

Anoche en la Arena Monterrey, Juan Gabriel  no tuvo necesidad de nada, sólo de pararse ante las 16 mil personas que abarrotaron el lugar para dejar un buen sabor de boca.

Definitivamente, el llamado “Divo de Juárez” no tuvo una noche gloriosa, ya que sus cuerdas vocales estaban seriamente lastimadas, pero el público no fue nada exigente con él,  ya que con sólo verlo bailar, desfilar y “payasear” un buen rato, los asistentes quedaron más que satisfechos.

A las 21:15 horas, un largo preludio de sus grandes éxitos como “No vale la pena”, “Caray” y “Me gustas mucho”, anunciaban al cantante, quien arribó al escenario, situado al centro de la Arena, a las 21:23 horas.

Desde su llegada a escena, los fans de Alberto Aguilera Valadez estaban a sus pies. La primera melodía que arrancó la noche fue “Siempre en mi mente” con la cual el cantante se enfrentó cara a cara con sus seguidores y dejó al descubierto que su voz no estaba a plenitud.

De hecho, a lo largo del concierto y de manera astuta, sólo entonaba una parte de la melodía y el resto se lo dejaba a la gente o de plano, como en “Se me olvidó otra vez”, fue el público quien la cantó de pé a pá, mientras Juanga sólo sonreía.

A diferencia de aquel espléndido show que ofreció el 31 de diciembre en Fundidora, a éste le faltó la pasión de aquella noche.

Y es que Juan Gabriel se dio al 100 en cuerpo y alma, pero en voz, quedó mucho a deber.

Hubo entrega en “He venido a pedirte perdón”, donde una vez más recurrió a la ayuda de sus fans y en “La diferencia” su voz de plano le falló.

Vinieron otras con menor y mayor suerte, por ejemplo en “Así fue”, la maravillosa orquesta, conformada por 12 músicos, salvó el tema. Y en “Amor eterno”, sus seguidores salieron al rescate para armar un momento mágico.

Todo de negro, con kilos de menos, Juan Gabriel cambió su voz por baile, cosa que no desagradó a los presentes, y así, de manera sin igual, el artista convirtió el escenario en una pasarela donde se contoneó de manera graciosa ante el beneflacito de quienes llenaron la Arena Monterrey.

Hubo bailarines quienes enmarcaron con sus bailes piezas como “El Noa Noa” y cuando llegó el turno de “Abrázame muy fuerte”, recibió una ovación ante tremendo esfuerzo por culminar de manera adecuada tan sentida melodía.

Con “Inocente pobre amigo” se dio vuelo “insultando” a quien le había quitado su amor.

La parte fuerte de la noche vendría a las 23:20 horas con “Querida” y “Por qué me  haces llorar” donde Juan Gabriel agradeció a un público que  no le exigió cantar, sólo verlo y admirarlo, nada más.



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